Neuropsicología
La neuropsicología es la disciplina y especialidad clínica de unir la neurología y la psicología.
Estudia, diagnostica y trata los efectos de una lesión, daño o funcionamiento anómalo en las estructuras del sistema nervioso central sobre los procesos cognitivos, psicológicos, emocionales y del comportamiento individual.
El ámbito de actuación de la Neuropsicología es muy amplio y se relaciona con contextos sanitarios, sociales, educativos o relacionados con la investigación. El ámbito de la neuropsicología más usual es el clínico, donde se abordan las secuelas y se rehabilita las funciones cognitivas, sociales y emocionales provocadas por una lesión. Entre las patologías tratadas por esta especialidad se encuentran, por ejemplo, la rehabilitación de accidentes cerebrales o ictus, esclerosis múltiple, encefalopatías, epilepsias, traumatismos craneoencefálicos y Neuropsicología de las demencias y deterioros cognitivos de la edad.
Otro ámbito de aplicación es el médico-legal (Neuropsicología forense) que consiste en la evaluación de daños, secuelas, minusvalías, incapacitación civil o laboral.
Además también desde la Neuropsicología se trabaja el apoyo a los familiares de pacientes con lesiones o daños neurológicos para un mayor conocimiento de los déficits y de las capacidades conservadas y un mejor afrontamiento de la situación.
La responsable de Neuropsicología de Clínica Alminar es Josefa Tienda.
¿CÓMO SE TRABAJA EN LA NEUROPSICOLOGÍA?
La Neuropsicología se dirige fundamentalmente hacia la valoración y/o rehabilitación de las alteraciones neuropsicológicas (diagnóstico, evaluación y tratamiento). Mediante la evaluación Neuropsicológica se exploran las funciones cognitivas (tanto las conservadas como las afectadas), la conducta, los aspectos emocionales y la repercusión funcional de los déficits para el diseño de un plan de intervención.
Como funciones cognitivas se evalúa la orientación, atención, memoria, velocidad de procesamiento, lenguaje, praxias, gnosias, funciones ejecutivas.
La evaluación de las emociones y de la conducta determina los cambios del comportamiento tras la lesión cerebral. Se evalúa los cambios en la personalidad y funcionamiento del paciente.
Para evaluar la repercusión funcional se valora la capacidad de autonomía del paciente, valorando las actividades básicas de la vida diaria, actividades instrumentales y avanzadas.
En la intervención se fijan unos objetivos en función de los déficit neuropsicológicos detectados.